martes, 23 de abril de 2019

KURT COBAIN: ADIÓS AL MACHO

En este reportaje publicado en Píkara Magazine, Kurt Cobain recuerda cómo en su ciudad natal creció aterrado por un ambiente de masculinidad brutal que comenzaba en el instituto y continuaba en su familia en la que su padre le reprochaba que no llevara chicas a casa y, cada día, le decía: "Un hombre necesita ser un hombre y actuar como tal".
En 1987, se traslada a Olympia (Washington) donde entrará rápidamente en contacto con el movimiento riot grrrl que reivindicaba la presencia de las mujeres en la música rock. Este hecho le llevará a declarar:
“La gente no puede negar ningún ismo ni pensar que hay unos más subordinados que otros. Salvo el sexismo. Él manda. Él decide. Sigo pensando que, para que se desarrollen los demás ismos, hay que poner al descubierto el sexismo”. O: “Me tranquiliza el consuelo de saber que las mujeres son generalmente superiores y por naturaleza menos violentas que los hombres. Me tranquiliza el consuelo de saber que las mujeres son el único futuro del rock’n’roll”.
A través de sus canciones, Kurt Cobain logrará enviar a un público masivo el mensaje contra los abusos sexuales o el machismo: "si alguno de vosotros", les dijo a sus fans, "odia a los homosexuales, a la gente de otro color o a las mujeres, hacednos un favor: dejadnos en paz. No vengáis a nuestros conciertos y no compréis nuestros discos".
En una entrevista concedida al diario "El País", Brett Morgen, autor de Cobain: Montage Of Heck, declaró: “Kurt era un gran feminista. Hace 20 años todo el mundo se sentía amenazado por una mujer de fuerte personalidad como Courtney (su pareja), pero él no. Supo darle su sitio y convivir con igualdad de poder en su relación. Eso hacía que muchos le vieran como un títere ante una mujer manipuladora. No creo que fuera así”.
Amy Raphael, en su libro Never Mind The Bollocks: Women Rewrite Rock (1995) escribiría el más hermoso resumen del legado de Kurt: “Cobain reconoció lo femenino en sí mismo más que cualquier otro artista de los 90. Él fue, para nosotras, un modelo de conducta más subversivo de lo que [la teórica feminista neoyorquina] Camille Plagia jamás hubiera esperado ser”

Elena Vázquez Martínez,
profesora de Lengua castellana y Literatura. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario