domingo, 15 de diciembre de 2019

NAJAT EL HACHMI: SIEMPRE HAN HABLADO POR NOSOTRAS

Najat El Hachmi es una feminista de origen marroquí que En siempre han hablado por nosotras: Feminismo e identidad. Un manifiesto valiente y necesario (2019), habla desde su propia experiencia para dejar claro que la religión islámica y el feminismo son absolutamente incompatibles. Señalamos en cursiva los títulos de los capítulos de los que han sido extraídos estos fragmentos.


Si digo feminismo digo libertad. (...) cuando digo feminismo, cuando digo libertad, me refiero a vivir sin que me releguen a un segundo plano, sin que mi existencia, mi opinión, mi placer y mi dolor valgan menos que la existencia, la opinión, el placer y el dolor de mis hermanos hombres. Cuando digo libertad digo dignidad, me refiero a dejar de sentirme encerrada en la tribu. Sacudirme de encima las incontables mordazas, leyes del silencio y normas ancestrales que me limitan, que hacen que mi existencia sea, infinitamente más limitada de lo que podría ser, que me relegan, una y otra vez, a ocupar un lugar sin valor, sin importancia. (...)
Volveré a decir feminismo para seguir defendiendo una libertad completa, sin restricciones ni sometida a vigilancia.

Si digo feminismo.


Como trabajadora en una fábrica tuve que defenderme del acoso sexual en el ámbito laboral, descubrí que las limpiadoras cobrábamos menos que nuestros compañeros por el mismo trabajo, vi con mis propios ojos que existía un sistema expresamente establecido para impedir el ascenso de las mujeres, y cómo los hombres entraban directamente de encargados mientras que nosotras seguíamos siendo trabajadoras de base sin ninguna oportunidad.
(...)
En pareja tuve que sortear los intentos de controlar mi libertad en nombre del amor, tuve que velar por mi propia sexualidad, tuve que reivindicar el valor de mi trabajo y la distribución de las tareas domésticas.

Alzar al voz, el paso más difícil.


¿Por qué debes ser tú la que ha de visibilizar el islam en la sociedad occidental? ¿Por qué debes ocultar tu cabello, pero tu hermano no debe hacerlo? ¿Por qué ellos no deben exhibir su identidad allí donde van? Pues porque ellos son hombres y tú no. Porque ellos son los que nos impusieron el deber de cubrirnos para ser consideradas dignas.
(...) Si el pañuelo es identidad, es la identidad del machismo, no de las mujeres.

Mi religión, mi identidad.


¿Tiene sentido que en un país democrático en el que la religión y el Estado se han separado desde hace tiempo, cuando se trata de personas musulmanas, siempre se mencione antes su condición de seguidores de Mahoma que su ciudadanía? ¿Por qué todo el mundo puede aparecer en la escena pública sin que sepamos qué creencias profesa y nosotros, en cambio, tenemos que hacerlo desde un punto de vista religioso? ¿No es acaso una versión sofisticada del racismo de toda la vida?
(...)
Una de las formas más rebuscadas que adopta este islamismo feminismizado que es en realidad el feminismo islámico es la del feminismo descolonial. Según esta corriente, hay un feminismo llamado blanco occidental, que más que una propuesta de emancipación de las mujeres sería un instrumento de dominación colonial.  
(...)
Creía en lo que explica muy bien la filósofa Amelia Valcárcel en su libro Feminismo en el mundo global, esto es, que la agenda feminista está abierta en una página diferente en cada lugar y lo que cambia no son las demandas feministas sino la forma concreta en que se articula el machismo.
(...)
seas musulmana, negra, gitana o cualquier otra cosa, lamento decirte que tu enemiga no es la mujer blanca occidental. Tus enemigos son el patriarcado que te maltrata, (...)
Cuando el feminismo se difunde por todas partes y las mujeres de todo el planeta reclaman las libertades de las occidentales, surge la acusación de ser colonizadoras. (...) Que Simone de Beauvoir se manifestara en contra de la colonización de Argelia es una anécdota que nadie menciona cuando se trata de emitir acusaciones contra las blancas occidentales.

Feminismo islámico, descolonización islamista y otras engañifas.


(...) todo lo que he afirmado hasta ahora lo digo plenamente consciente de que la extrema derecha puede instrumentalizar mi feminismo en mi contra. (...) Pero eso, evidentemente, no es así, ya que el racismo solo saca a colación la cuestión de la discriminación de las mujeres para legitirmar sus posturas, no para luchar a favor de sus derechos.

El racismo es un machismo.

¿en qué momento la izquierda ha dejado de ser laica para convertirse en confesional? (...) En realidad, esta es otra forma de racismo: condescendencia y paternalismo hacia el otro. (...)
¿A esto hemos llegado? ¿A convertir el espacio público de debate en una teocracia cuando se trata de musulmanes? (...) Los de izquierdas somos mejores, no discriminamos por motivos de origen, raza ni religión. Pero, claro, si al otro no se le nota la diferencia, si no lleva puesta su religión, ¿cómo demostraremos al público nuestra superioridad moral? Si no puedo sacarme una foto al lado de una chica con pañuelo, ¿cómo sabrá la derecha que soy inclusivo?
(...) la izquierda que defiende la separación entre Estado y religión para los autóctonos (...) La separación es imprescindible para garantizar los derechos y las libertades de las personas independientemente de la religión que profesen.

La izquierda y el islam: amistades peligrosas. 
  

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