Charla de Tània Balló, en la Casa de la Cultura de Mieres, dentro de los actos del Día de la Mujer 2016.
Las Sinsombrero es un proyecto transmedia que gira en torno a mujeres pertenecientes a la generación del 27.
La base de este proyecto se encuentra en la profesora de Primaria, Ana Cid Prolongo, quien creó una página web después de que una de sus alumnas le preguntara si no había mujeres dentro de la generación del 27.
Han sido mujeres de una importancia fundamental en su época, pero a quienes posteriormente no se olvidó sino que fueron conscientemente invisibilizadas.
La base de este proyecto se encuentra en la profesora de Primaria, Ana Cid Prolongo, quien creó una página web después de que una de sus alumnas le preguntara si no había mujeres dentro de la generación del 27.
Han sido mujeres de una importancia fundamental en su época, pero a quienes posteriormente no se olvidó sino que fueron conscientemente invisibilizadas.
Maruja Mallo fue una de las personas más importantes del Surrealismo
pictórico. Su formación incial fue en la Escuela de Arte de
Avilés. Expuso en los salones de la "Revista de Occidente". Cuando estalla la guerra civil, huye de España (muy probablemente gracias a Concha Méndez) y se exilia en Buenos Aires. Su fama internacional fue tan enorme
internacional que hasta el propio Andy Warhol quiso
fotografiarse con ella. Regresó a España y, entre otras situaciones, tuvo que seguir el consejo de su
marchante para que dejara que obra suya fuera firmada por Juan Gris. Para conocer a esta artistas, es muy recomendable la obra Maruja Mallo, caracola con alas, de Luisa Antolín Villota.
Concha Méndez fue la única de estas mujeres que no regresó del exilio.
Tània Balló destacó en su charla la importancia de los espacios compartidos: el Lyceum Club Femenino y la Residencia de Señoritas. También la propia amistad entre estas mujeres: Concha Méndez posó para Maruja Mallo, y esta inspiró muchos de los poemas de aquella; o la relación entre María Zambrano y Rosa Chacel.
Cuando estas mujeres se exilian, se pierde la transmisión de ideas con la siguiente generación (la de Carmen Laforet o Carmen Martín Gaite) porque, aunque las conocían, no podían hablar de ellas.
Concha Méndez fue la única de estas mujeres que no regresó del exilio.
Tània Balló destacó en su charla la importancia de los espacios compartidos: el Lyceum Club Femenino y la Residencia de Señoritas. También la propia amistad entre estas mujeres: Concha Méndez posó para Maruja Mallo, y esta inspiró muchos de los poemas de aquella; o la relación entre María Zambrano y Rosa Chacel.
Cuando estas mujeres se exilian, se pierde la transmisión de ideas con la siguiente generación (la de Carmen Laforet o Carmen Martín Gaite) porque, aunque las conocían, no podían hablar de ellas.
Las mujeres de esta generación mantuvieron relaciones, y se casaron, muy
tarde: Concha Méndez con Manuel Altolaguirre, Ernestina de
Champourcín con Domenchina, Rosa Chacel con Timoteo Pérez Rubio y Mª
Teresa León con Alberti. Esta última se había casado previamente con un
hombre que la maltrataba y con quien tuvo dos hijos. Para acabar con
esta situación, y como "no tenía otra salida", decidió abandonarlos,
hecho que le produjo un enorme sufrimiento.
Durante la guerra civil, Mª Teresa León crea, por orden del gobierno, el Teatro de Guerrillas, con el fin de transmitir los valores republicanos. Todos estos datos se encuentran en su obra Memoria de la melancolía.
En el exilio, la mayoría de los compañeros de estas mujeres se encuentran deprimidos y son ellas las que, dejando de lado su labor creativa, se ocuparán de todo y trabajarán como traductoras, cronistas o, como Concha Méndez en Cuba, vendedora de los libros que publica su imprenta y la de su marido.
La mayor parte de la obra de las mujeres de esta generación se publica en el exilio, debido a la enorme duración de este. María Zambrano no salió de España hasta el año 39, y bajo seria amenaza de muerte (criticó ferozmente a su amiga Rosa Chacel por haberse ido antes. Estuvo 45 años en el exilio, durante los cuales pasó numerosas penalidades como el hecho de que su hermana fue torturada por la Gestapo) y llegó a estar en la miseria como reconoce en una de las cartas que envía a Rosa Chacel.
Ernestina de Champourcín acabaría en las filas del Opus Dei. Sin embargo, en los años 20 y 30 fue una mujer rompedora que, por ejemplo, se negó a publicar sus artículos en la sección femenina de los periódicos (por ser mujer) reivindicando la sección literaria.
Sofía Casanovas fue la primera mujer española corresponsal de guerra para el periódico "ABC".
La mayoría de estas mujeres no participó en los trabajos legislativos de la II República como sí lo hicieron las mujeres de la generación del 14 (Clara Campoamor, Victoria Kent, Margarita Nelken...). A excepción de Mª Teresa León y María Zambrano, no tienen una conciencia muy politizada, aunque eso sí, cuando estalla la guerra civil, todas ellas defienden la causa de la República.
Finalmente se recuerda la anécdota vivida por Maruja Mallo, Margarita Manso, Dalí y Lorca, y que da título a este proyecto transmedia: Las Simsombrero.
Durante la guerra civil, Mª Teresa León crea, por orden del gobierno, el Teatro de Guerrillas, con el fin de transmitir los valores republicanos. Todos estos datos se encuentran en su obra Memoria de la melancolía.
En el exilio, la mayoría de los compañeros de estas mujeres se encuentran deprimidos y son ellas las que, dejando de lado su labor creativa, se ocuparán de todo y trabajarán como traductoras, cronistas o, como Concha Méndez en Cuba, vendedora de los libros que publica su imprenta y la de su marido.
La mayor parte de la obra de las mujeres de esta generación se publica en el exilio, debido a la enorme duración de este. María Zambrano no salió de España hasta el año 39, y bajo seria amenaza de muerte (criticó ferozmente a su amiga Rosa Chacel por haberse ido antes. Estuvo 45 años en el exilio, durante los cuales pasó numerosas penalidades como el hecho de que su hermana fue torturada por la Gestapo) y llegó a estar en la miseria como reconoce en una de las cartas que envía a Rosa Chacel.
Ernestina de Champourcín acabaría en las filas del Opus Dei. Sin embargo, en los años 20 y 30 fue una mujer rompedora que, por ejemplo, se negó a publicar sus artículos en la sección femenina de los periódicos (por ser mujer) reivindicando la sección literaria.
Sofía Casanovas fue la primera mujer española corresponsal de guerra para el periódico "ABC".
La mayoría de estas mujeres no participó en los trabajos legislativos de la II República como sí lo hicieron las mujeres de la generación del 14 (Clara Campoamor, Victoria Kent, Margarita Nelken...). A excepción de Mª Teresa León y María Zambrano, no tienen una conciencia muy politizada, aunque eso sí, cuando estalla la guerra civil, todas ellas defienden la causa de la República.
Finalmente se recuerda la anécdota vivida por Maruja Mallo, Margarita Manso, Dalí y Lorca, y que da título a este proyecto transmedia: Las Simsombrero.
Elena Vázquez Martínez,
profesora de Lengua castellana y Literatura.
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