sábado, 15 de noviembre de 2014

LAS HERMANAS MIRABAL


Patria, Minerva y Mª Teresa Mirabal, "Las inolvidables mariposas"
Las hermanas Mirabal
   La historia comienza en la República Dominicana. Tres hermanas llamadas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, con sus respectivos maridos, forman parte de la oposición política contra el dictador Trujillo y son perseguidas e incluso encarceladas varias veces. A pesar de la persecución a la que fueron sometidas, siguen con sus actividades y, una de ellas, Patria, organiza el mitin del Movimiento Clandestino el 14 de junio de 1960.
    En una alocución, el dictador Trujillo declara que sus dos grandes problemas son la Iglesia y las hermanas Mirabal. El 25 de noviembre de 1960, las tres hermanas son asesinadas en un supuesto accidente cuando ellas iban en su coche a visitar a sus maridos, que estaban en la cárcel. Este brutal acontecimiento desencadenó la reacción del pueblo y, al cabo de un año, la dictadura de Trujillo llegó a su fin.
   Se recuerda a estas tres hermanas con el nombre de “Las inolvidables mariposas”, que se convirtió más tarde, por parte de muchos grupos, en el símbolo de lucha en contra de la violencia y en defensa de las mujeres. Su recuerdo pasó también a la literatura y al teatro, fue protagonista de innumerables canciones y libros que proclamaron el sentido de la dignidad de la mujer en defensa de su igualdad y respeto en todo el ámbito de los derechos humanos.



La proclamación

  El 25 de noviembre fue declarado el Día Internacional Contra la Violencia hacia las mujeres en el primer Encuentro Feminista para América Latina y el Caribe, celebrado en Bogotá (Colombia) en 1981.
    El 3 de noviembre de 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a propuesta del representante de la República Dominicana, designa el 25 de noviembre como el “Día de la eliminación de la violencia contra la mujer”.
    La Asamblea reitera que el término violencia se refiere a todo acto capaz de causar algún daño o perjuicio físico, sexual o psicológico, tanto en la vida pública o privada de cada una de ellas. Apela para ello a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y a la convención en contra de la tortura y cualquier otro trato cruel y castigo degradante e inhumano.

 Al mismo tiempo, recuerda que tiene especialmente presentes a las mujeres que pertenecen a grupos minoritarios: a mujeres indígenas, inmigrantes, mujeres que viven en comunidades rurales o remotas, en instituciones de ayuda social, niñas menores de edad, mujeres con discapacidades, mujeres mayores y mujeres en situaciones de guerra.

  Finalmente, reconoce que esta violencia es la manifestación histórica de la desigualdad de poder entre el hombre y la mujer.



 Actividades:

1.- Distingue y justifica qué tipo de texto es expositivo y cuál narrativo.



2.- El escritor peruano Mario Vargas Llosa recreó la historia de las hermanas Mirabal en su novela La fiesta del Chivo (2000). Lee los siguientes fragmentos de esta obra y resalta sus valores literarios:



Capítulo V:

 El incidente había ocurrido unos meses después de aplastados los desembarcos de Constanza, Maimón y Estero Hondo (1), cuando todos los miembros de la expedición –en la que además de dominicanos había cubanos, norteamericanos y venezolanos- estaban muertos o presos, en los días en que, en enero de 1960, el régimen (dictatorial de Trujillo) descubría una vasta red de opositores clandestinos, que, en homenaje a aquella invasión, se llamaba 14 de Junio. La integraban estudiantes y profesionales jóvenes de clase media y alta, pertenecientes muchos de ellos a familias del régimen. En plena operación de limpieza de esta organización subversiva, en la que estaban tan activas las tres hermanas Mirabal y sus maridos –su solo recuerdo activaba la bilis del Generalísimo (2)



(1)  Distintos lugares de la República Dominicana.

(2)  El dictador Trujillo, apodado “el Chivo” que da título a la novela.



Capítulo IX:

   Y entonces, la víspera del día indicado, el 14 de junio de 1959, ocurrió en las montañas de Constanza aquel sorprendente aterrizaje de un avión venido de Cuba, pintado con los colores e insignias de la Aviación Dominicana, con guerrilleros antitrujillistas (1), invasión a la que siguieron los desembarcos en las playas de Maimón y Estero Hondo una semana después (…) el 14 de junio se produciría la llegada de esas decenas de revolucionarios que, luego de poner fuera de combate a la mísera guardia del aeropuerto de Constanza, se desparramaron por las montañas del contorno, sólo para ser cazados como conejos en los días siguientes, y matados a mansalva, o llevados a Ciudad Trujillo (2), donde, bajo las órdenes de Ramfis (3), fueron asesinados casi todos (pero no el cubano Gómez Ochoa y su hijo adoptivo, Pedrito Mirabal, a quienes el régimen, en otro desplante teatral, devolvió tiempo después a Fidel Castro) (4) (…)

   Cuántas cosas habían pasado en la República Dominicana (…) Muchas. Las redadas masivas de enero de 1960, en que cayeron tantos muchachos y muchachas del Movimiento 14 de Junio, entre ellas las hermanas Mirabal y sus esposos. La ruptura de Trujillo con su antigua cómplice, la Iglesia Católica, a partir de la Carta Pastoral de los obispos denunciando a la dictadura, de enero de 1960 (…) Y, el 25 de noviembre de 1960 (…) el asesinato de las tres hermanas, Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, y del chófer que las conducía, en La Cumbre, en lo alto de la cordillera septentrional, cuando regresaban de visitar a los maridos de Minerva y María Teresa, encarcelados en la Fortaleza del Puerto Plata.

 Toda la República Dominicana se enteró de aquella matanza de la manera veloz y misteriosa en que las noticias circulaban de boca en boca y de casa en casa y en pocas horas llegaban a las extremidades más remotas, aunque no apareciera una línea en la prensa y muchas veces aquellas noticias transmitidas por el tam tam humano se colorearan, enanizaran o agigantaran en el recorrido hasta volverse mitos, leyendas, ficciones, casi sin relación con lo acaecido (…)

 A las tres, y a los maridos (…) los había encontrado ocasionalmente en las reuniones de esos grupos en que (…) se organizó el Movimiento 14 de Junio. Las tres eran dirigentes de esa organización rala y entusiasta, pero desordenada e ineficaz, a la que la represión iba deshaciendo. Las hermanas lo habían impresionado por su convicción y el arrojo con que se entregaban a esa lucha tan desigual e incierta; sobre todo Minerva Mirabal. Les ocurría a todos los que coincidían con ella y la escuchaban opinar, discutir, hacer propuestas o tomar decisiones (…)

   Minerva hablaba de estas cosas y de la mejor manera de hacer propaganda clandestina, o de reclutar estudiantes en la universidad, y todos la escuchaban. Por lo inteligente que era y la claridad con que exponía. Sus convicciones, tan firmes, y su elocuencia daban a sus palabras una fuerza contagiosa. Era, además, bellísima (…)

 
El dictador Leónidas Trujillo, "El Chivo"
  Se decía que de adolescente se atrevió a desairar a Trujillo en persona, negándose a bailar con él, y que, por eso, su padre fue despojado de la alcaldía de Ojo de Agua y enviado a la cárcel. Otros insinuaban que no sólo fue un desaire, que lo abofeteó porque bailando con ella la manoseó o le dijo algo grosero, (…) Había estado presa un par de veces y se contaban anécdotas de su temeridad en La Cuarenta
(5), primero, y, luego, en La Victoria (5), donde hizo huelga de hambre, resistió el confinamiento a pan y agua agusanada, y donde, se decía, la maltrataron bárbaramente. Ella jamás hablaba de su paso por la cárcel, ni de las torturas, ni del calvario en que, desde que se supo que era antitrujillista, había vivido su familia, acosada, expropiada de sus escasos bienes y con orden de arraigo en su propia casa. La dictadura permitió a Minerva estudiar abogacía, solo para, al terminar la carrera –venganza bien planeada-, negarle la licencia profesional, es decir, condenarla a no trabajar, a no ganarse la vida, a sentirse frustrada en plena juventud, con cinco años de estudios desperdiciados. Pero nada de eso la amargó; allí seguía, incansable, dando ánimos a todo el mundo, un motor en marcha, preludio (…) de ese país joven, bello, entusiasta, idealista, que sería algún día la República Dominicana.



(1)  que luchaban contra el dictador Trujillo

(2)  Santo Domingo, la capital de la República Dominicana. Bajo su mandato, el dictador le puso su propio nombre.

(3)  El hijo mayor de Trujillo.

(4)  Dirigente de la revolución cubana que había organizado esta invasión de la República Dominicana con el fin de derrocar a Trujillo.

(5)  Centro de tortura.



Elena Vázquez Martínez,
profesora de Lengua castellana y Literatura.



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